El Abuso Físico en un Asilo de Ancianos

El abuso físico se produce en muchas maneras. Puede implicar el uso de la fuerza física por parte de una enfermera, ayudante o voluntario que fue contratado erróneamente o mal supervisada. Este puede incluir castigos extremos, como obligar a su ser querido a permanecer aislado en su habitación, la privación de alimentos o agua, o abuso sexual. El personal de enfermería puede abusar de restricciones físicas o químicas para su propia conveniencia, causando muertes por sobredosis de medicamentos o fracturas de huesos por caídas. Este tipo de abuso no debe ser tolerado.

El abuso también puede ser a causa de golpes, mordeduras o patadas de un compañero residente que no fue supervisado o impedido de causar daño.

Señales de Posible Abuso Físico

Muchos residentes de hogares de ancianos tienen dificultades para comunicarse. Esto es especialmente cierto para los ancianos que sufren de demencia o Alzheimer. Esto hace que sea difícil distinguir entre los resultados de los abusos físicos y lesiones que pueden ocurrir debido a la fragilidad de la tercera edad.

Miembros de la familia deben realizar visitas frecuentes y prestar especial atención a la condición de su ser querido. En estas visitas, busque signos físicos de abuso, como moretones inexplicables en áreas sensibles, cortes, heridas abiertas o fracturas de huesos.

Tenga en cuenta los cambios en el comportamiento de su ser querido. Si él o ella parece retraído, temeroso del personal, ansioso o deprimido, el comportamiento podría ser una señal de que el abuso físico ha tenido lugar.